Este es el segundo post de la serie sobre las lecciones aprendidas este verano.
Uno de los retos más sorprendentes de este verano ha sido abordar a los cristianos de una forma efectiva – incluso a otros hacedores de discípulos – en una conversación sobre los movimientos para hacer discípulos.
Da igual lo que diga, la mayoría de la gente parece más interesada en el lugar donde vivo que en lo que hago. Mi pasión por discipular a la gente que no conoce a Dios y por equipar a otros para que puedan hacer lo mismo parece caer en saco roto.
Pero he descubierto una lección importante:
Para poder comunicar de una manera efectiva lo que es importante para mí, tengo que comunicar lo que es importante para ti.
Comencé el verano hablando de la importancia y de la estrategia de los movimientos para hacer discípulos. Y aunque esa sigue siendo mi pasión, ya no es mi punto de partida. En lugar de ser ese mi punto de partida, mi punto de partida eres tú: ¿Cómo puedo ayudarte a vivir la misión de Jesús?
Ahora te toca a ti:
- ¿Cómo ha cambiado esta lección la forma en la que hablas con otros hacedores de discípulos?
- ¿Cómo puede aplicarse esta lección a tus relaciones con la gente que no conoce a Dios?
- ¿Cómo puedo ayudarte a vivir la misión de Jesús?
Comparte tus ideas ¡y qué empiece la conversación!