Este es el cuarto post de la serie de seis posts sobre las herramientas para hacer discípulos.
Juan tiene una forma sorprendente de relatar las primeras palabras que Jesús pronunció (ver Juan 1:35-39):
Cuando los dos discípulos le oyeron decir esto [a Juan el Bautista], siguieron a Jesús. Dandose la vuelta, Jesús vio que le seguían y les preguntó, “¿Qué queréis?”
Resumiendo, esto fue lo que hizo:
Jesús comenzó su ministerio de hacer discípulos observando a la gente y haciendo preguntas.
Estas son tres razones por las que el observar a la gente y hacer preguntas siguen siendo herramientas esenciales para hacer discípulos:
Identifican el hambre espiritual. Andrés y Juan querían estar con Jesús porque Juan el Bautista le había descrito como “El Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29,36). Jesús vio su interés y les invitó a hacer algo al respecto, haciéndoles una pregunta intencional.
Esto honra a la gente. Para poder llevar a cabo la Gran Comisión, necesitamos vivir el Gran Mandamiento. Tomarnos el tiempo para observar a la gente y preguntarles en qué están pensando, sus sentimientos y deseos es una buena forma de hacer esto.
Esto crea una oportunidad para que Dios nos enseñe. Cuando Jesús preguntó a los Doce, “¿Quién decís que soy,” el Padre respondió revelando a Pedro lo que solo Él podía revelar: que Jesús es “el Mesías, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:13-20).
Ahora te toca a ti:
- ¿Qué tipo de preguntas te están ayudando a hacer discípulos?
- ¿Qué más preguntas intencionales crees que son válidas como herramientas esenciales para hacer discípulos?
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