Este es el cuarto post de la serie de siete posts sobre ir despacio para avanzar rápido.
Entrenar a otros para iniciar los movimientos para hacer discípulos puede ser una inversión estratégica… O una pérdida de tiempo y recursos valiosos.
Para poder realizar una inversión estratégica, la gente adecuada tiene que ser entrenada de forma adecuada.
Este es el ABC del buen entrenamiento:
Primero, el entrenamiento que es bueno es accesible para la gente adecuada. Ya que la gente adecuada normalmente tiene un trabajo secular, el entrenamiento debería tener lugar una vez a la semana durante uno o dos meses.
En segundo lugar, el buen entrenamiento se equilibra con la práctica. La gente hace discípulos a través de lo que hacen, no a través de lo que saben. El entrenamiento sobre el trabajo crea expectación y facilita su realización.
En tercer lugar, el buen entrenamiento tiene lugar en comunidad. El iniciar los movimientos se trata de un esfuerzo de equipo. Es por esto que intento invitar a equipos de dos o tres personas a mis entrenamientos y después los incorporo a una comunidad de aprendizaje más grande.
Por último, los resultados de un buen entrenamiento se ven con el tiempo. Esto permite a la gente aprender y poner en práctica una habilidad o principio antes de comenzar con el siguiente. Es lento – ¡pero funciona!
Ahora te toca a ti:
- En el último entrenamiento al que asististe, ¿cómo ayudó a que hubiera un fruto en este entrenamiento el ABC del buen entrenamiento?
- ¿Qué características del buen entrenamiento que no he mencionado deberían ser enfatizadas?
- ¿Cómo será tu próximo entrenamiento?
Comparte tus ideas y ¡empieza la conversación!
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