Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.
Por tanto, id y haced discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles a obedecer todo lo que os he mandado.
Y os aseguro que estaré con vosotros siempre, hasta el fin del mundo.